La filosofía del Hapkido se centra en la unión de sus tres
principios básicos:
- Principio del Círculo (Won): Los movimientos circulares se utilizan para controlar, desviar y redirigir con un mínimo esfuerzo el peso del adversario, su fuerza y su equilibrio.
- Principio del Agua (Yu): Las técnicas en Hapkido deben ser ejecutadas de manera fluida, flexible y cambiante de manera tal que se pueda penetrar en la defensa del adversario. Si imaginamos un arroyo que fluye por una montaña y se decidiera cambiar la dirección del flujo del agua la solución no sería construir un dique perpendicular al cauce. Sin embargo, si uno desviara su flujo simplemente, habría éxito. La teoría de Hapkido sigue las mismas pautas. Uno no detiene el golpe de un agresor aplicando fuerza en oposición directa al ataque, sino derivando su fuerza hacia un lado. De esta forma el ataque puede desviarse con menor utilización de energía.
- Principio de la Armonía (Hwa): El practicante de Hapkido debe buscar a través de la práctica una perfecta y simultánea combinación entre mente, cuerpo, espíritu y técnicas. Si se logra estar en armonía con uno mismo en consecuencia se estará en armonía con todo lo que lo rodea.
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